9. Conociendo a Caroline (una pequeña parte)

Ola a todos aqui les dejo un kapitulo ke espero ke les guste!!! aun no llegan las risas a lo mejor en el otro jaja pero se enteraran de muchas cosas que seguramente los dejaran con el ojo cuadrado y mas preguntas que respuestas... gracias a mis seguidoras por pokas ke sean :P y a todos los que leean mi blog gracias!!! <3 espero estar por aqui un rato mas, y tambien que lean mi historia que va para largo ;) bno gracias como siempre y no se preocupen aun queda mucho misterio, romance... ups! se me fue la mano jaja los veo pronto!!



POV. Caroline

Esta familia es realmente diferente, no se por qué lo pienso pero hay algo. Por lo general, cada vez que me sucede algo como esto, una especie de presentimiento, son invenciones mías. Me levante a las seis de la mañana y al revisar el celular me encuentro con el primer mensaje del día de Amelia:
¿
Es cierto que estas en casa de los nuevo?, si es así tienes que contarme todo, ah y otra cosa el profesor de historia esta en el hospital por quien sabe que enfermedad, por si tienes alguna clase con el. Te veo en clases. xoxo.

Bueno por lo menos las primeras dos horas que me tocaban con este maestro estarían suspendidas y como Ness tenia esta clase conmigo para que despertarla. Lo malo es que cuando me despierto me es muy difícil conciliar el sueño de nuevo. Me levante de la cama tome un libro de mi maleta junto con una manta y baje las escaleras para acomodarme en el sofá. Me encontré con Bella en el camino.

-¡Oh! Caroline no te escuche despertar – dijo Bella con sorpresa – iba a salir de compras al supermercado… el desayuno esta listo debería despertar a Ness…

-No te preocupes – la interrumpí – el profesor de historia esta en el hospital y como Ness y yo tenemos esa clase juntas, pues nos ahorramos dos horas de clases.

-Bueno, entonces no te molestaría quedarte un rato sola – veía la suplica en sus ojos, como negarme.

-En absoluto. – Dije con una sonrisa – puedo sobrevivir la próxima hora sola.

-Gracias – tomo su bolso y las llaves para salir.

Sola. Esa palabra resonó en mi mente, yo sabia lo que era estar sola. Después de que mi hermano muriera o mejor dicho asesinaran – me estremecí ante el recuerdo – mi familia se despedazo. Mis padres no pueden ni antes ni ahora, estar en una habitación dos minutos seguidos sin pelearse, mis amigos se fueron alejando de mi por los múltiples rumores que se escuchaban en el pueblo, las únicas personas que permanecieron a mi lado fueron mi mejor amiga Elena y mi buen amigo Matt – si con el que siempre hablo – tiempo después, mi abuela vino al pueblo y se quedo a mi lado. Mis padres se divorciaron. Mi mama se sumió en su propia tristeza olvidando que aun tenia otra hija que la necesitaba y mi papa ahora debe estar muy feliz con su otra familia.

Siempre supe que mi mama prefería a mi hermano, nunca comprendí sus razones. Mi papa era el que estaba mas al pendiente de mi hasta ese día. El amor que se tenían mutuamente se acabó de un día para otro, ¿eso es posible? Asentí para mí. Lo que ellos no veían era que también yo los necesitaba en esos momentos y siendo sincera también ahora. Pero eso no sucedería jamás estaba muy consciente de ello. Ya hasta podía referirme a “ellos” en vez de decir “mis padres”.

Con el tiempo terminas acostumbrándote a verlos como extraños.

Ya – me dije a misma – no es tiempo de lamentarte. Tome mi libro, me cubrí con la manta y comencé a leer en donde me quede hace dos días. Orgullo y prejuicio. Era mi libro preferido, bueno uno de tantos. Leer es mejor que la televisión o el cine, todo te lo puedes imaginar desde un ángulo diferente, no se sentirte parte de la historia.

-¿Te gusta Orgullo y Prejuicio? – me pregunto la voz de Edward. - ¿Por qué no estas en la escuela? – me pregunto acusadoramente.

¿Cuándo llego? Lo mas seguro es que estuviera tan adentrada en la lectura que no lo escuche llegar. Levante la vista y asentí con una débil sonrisa.

-Bueno… es que me toca historia las primeras dos horas y a Ness también… - esta bien Caroline estas hablando puras incoherencias siento como si le estuviera dando una explicación a mi papa – el profesor enfermo, esta en el hospital y no se cuando nos vuelva a dar clase. – explique al fin resumiendo lo que sabia.

-El Sr. Thompson – asentí – bueno pues si llego muy mal a la sala de emergencias – abrí los ojos sorprendida – trabajo en el hospital – bueno eso me aclaro algo - ¿tu como lo sabes? – me pregunto.

Le conté que el papa de una amiga trabaja ahí y como se entero me mando un pequeño aviso sobre este.

-Quería pedirte una disculpa – dijo de repente; eso si me sorprendió se miraba avergonzado. – por lo de ayer en la noche, no fue mi intención incomodarte.

-No hay nada que disculpar – dije. No se pero me daba la impresión que Edward era de esas personas que se les daba por echarse la culpa de todo y que rara vez las pedía – pero si te hace sentir mejor acepto tus disculpas – dije con una sonrisa - ¿Por qué me preguntaste si me gustaba Orgullo y prejuicio? – le pregunte, sabia la razón antes de preguntar pero… quería ver como lo negaba.

-Bueno, la verdad es que me esperaba que leyeras otro tipo de cosas – dijo avergonzado de nuevo.

-Revistas de chismes, moda, artículos para el hogar, distintas coloraciones para el cabello, bronceados, etc. – complete. Edward asintió, avergonzado. Yo solo suspire – trato de no hacerme prejuicios sobre las personas desgraciadamente no puedo esperar recibir lo mismo – dije para mi en un susurro a penas audible.

-No es eso… - dijo Edward de repente como si me hubiera escuchado – es que eres interesante no se – me miro de forma no se como si fuera un nuevo descubrimiento – y no es que me sorprenda que leas esto – tomo el libro en sus manos – sino que… bueno si me sorprende. – admitió.

-Bueno pues supongo que te sorprendi porque muy rara vez leo revistas, solo me he teñido el pelo una vez y los chismes es lo que menos me interesa – me sentía frustrada todos siempre pensaban lo mismo: rubia tonta o cosas por el estilo – además de ser una excelente mecánica, no me da miedo ensuciarme.

-¿En serio? – Me pregunto con incredulidad – a mi hermana también le gusta mucho la mecánica – sonrió, ¿Cómo alguien podía tener la sonrisa tan perfecta?

-Supongo que cuando una persona rubia descubra la cura definitiva contra el cáncer se los voy a restregar a todos en la cara – dije con algo arrogancia y frustración – yo se que, aunque no lo digas en voz alta, no crees que pueda leer un libro “serio” por qué no aparento ser seria y lo entiendo; soy rubia, con mechones de mi pelo de mi color favorito, uñas pintadas de diferentes colores – se las mostré – no me complico mi vida – bufe -, casi siempre termino hablando exactamente lo que pienso y muchas cosas por el estilo. – respire se me acabo el aire lo dije todo sin pausas. – por eso lo entiendo pero no quiere decir que este de acuerdo. – concluí con seriedad.

Me levante del sillón dejándolo solo hundido en sus pensamientos, lo vería por el lado bueno tendría un buen tema por el cual pensar durante un buen rato.

Bella había dejado el desayuno a un lado de la estufa. Suspire. No tenia mucha hambre pero tampoco me podía ir con el estomago vacío. Abrí las alacenas en busca de cereal, lo encontré de inmediato saque la leche del refrigerador y lo serví todo en un tazón.

Creo que me pase. Genial Caroline es tu segundo dia aquí y ya estas volviendo loca a la gente. Refunfuñe por mi falta de tacto.

-Otra de las genialidades para agregar a tu lista de virtudes – susurre para mí con sarcasmo.

-Lo siento – levante la vista y me encontré con una mirada adolorida. Edward. – en serio no era mi intención pensar así, me fio mucho de… - iba a decir algo pero se callo de repente – creo que eres una persona increíble, lo digo con sinceridad; hasta llegue a sentir celos – al escuchar esas palabras… shock total.

Me dio un ataque de risa histérica imposible de contener termine cayéndome de la silla en la que estaba sentada, Edward solo me miraba con ojos bien abiertos ante mi reacción. Cuando logre controlarme me agarre del borde de la mesa para ponerme de pie.

-Es ridículo – le explique. El me miro confundido - ¿celos? De todas las cosas que puedes sentir celos esta en tu lista. – me reí de nuevo – y yo que creí que tu eras la persona responsable y un tanto aburrida de esta casa. – me regañe a mi misma todo iba bien y ahora… - lo siento no era mi intención decir que eras aburrido. – me disculpe de inmediato.

-Tienes razón en algo – me dijo sonriendo, con esa perfecta sonrisa torcida – si suelo ser algo aburrido, y si yo soy el responsable.

-¿Qué hora es? – pregunte para cambiar el tema de conversación.

-Las siete y media – dijo sin quiera mirar su reloj, me atragante un poco con el cereal.

-Se supone que las clases para Ness y para mi empiezan en una hora – dije pensativa terminando mi cereal. – debería ir a despertarla…

-Despertar a quien – dijo Ness en broma le dio un beso a su hermano en la mejilla y se quedo abrazada a su cuello por detrás, era mi imaginación o Ness estaba celosa. – buenos días – me dijo con una radiante sonrisa.

-Buenos días – dijo Edward de vuelta, conteniendo una sonrisa – veo que te despertaste de un muy buen humor. – observo.

-De lo mejor – esta vez no fue mi imaginación me estaba perdiendo una especie de chiste privado.

-Bueno – dije conteniendo una sonrisa – creo que me iré a duchar y a arreglar y a hacer cualquier cosa que vaya a hacer.

Sali de la cocina mordiéndome la lengua para evitar reírme. Llegando a “mi habitación” saque mi neceser de aseo para darme una ducha. La ducha con agua caliente fue relajante me dio tiempo de meditar bien las cosas, primera: debes dejar de ser tan directa, bueno eso fue una apuesta perdida desde que la pensé, segunda: que rayos hice para que sintieran celos, porque la verdad si conocieran mi vida completamente esa seria la ultima sensación que tendrían, bueno se me acabaron las cosas en que meditar. Sali de la ducha, me puse un conjunto de ropa interior y me puse una bata de baño que estaba por ahí. Al sali del baño que estaba en “mi habitación” me encontré con una imagen que nunca se me iba olvidar.

Un chico de espalda, castaño. Los músculos de sus brazos se marcaban perfectamente solo estaba en bóxer, lo cual lo dejaba casi desnudo, una imagen digna de ver. Su espalda bien formada… por Dios Caroline – me regañe – que estas pensando. Era pálido lo cual hacia que sus músculos resaltaran de una forma realmente abrumadora – en el buen sentido – esa imagen se perdió justo cuando se dio la vuelta.

-¡Tu! – exclame. Si recordarlo me ponía furiosa imagínense verlo… - ¿Qué haces aquí? Se te perdieron tus pompones. – dije con tono acido en la voz.

-La que debería decirme realmente que hace aquí eres tu porque esta casualmente es mi habitación – me quede sorprendida, ¿él vivía aquí? – y tu estas en ella.

-No me digas – dije con sarcasmo. - ¿eres algo de Bella y Edward? – le pregunte con enojo contenido.

-Algo así – me respondió repentinamente tenso.

-¿Qué esta sucediendo aquí? – pregunto Edward entrando en la habitación claramente sorprendido por la escena ante el.

Esto se iba poner bueno.