EStoy empezando la parte de Caroline, no se cuando tenga listo el primer cap pero espero poder tenerlo esta semana!!
Luego me entretengo hablando, jjaaj XD ahora si aqui esta el cap.
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Es peor de lo que pensé, gruñí para mis adentros.
-No me gusta él te. – soltó Lucy arrogantemente. – sin
contar que no moriremos, ya no somos unas niñas con las puedes jugar.
-Estoy de acuerdo, ya no lo son. – nos miró de arriba
abajo, me dio escalofríos.
-Sera mejor que nos dejes ir, a menos que quieras que
esto termine mal. – dijo Anne con voz de no querer problemas.
-Oh querida Anne, tiempo sin verte. – Anne no se movió,
solo lo miro. - ¿Cómo está tu sobrina? Esa pequeña es realmente adorable. Igual
que su hermana.
-No metas a Maggie en esto. – intervino Lucas. Con esa
postura tensa y la voz inexpresiva. –
Estas aquí por nosotros, ¿no? – siguió.
-Solo por las rubias, no estabas en mis planes matar a… -
me miro directamente ladeando la cabeza, como examinándome. – lo que sea que
seas tú. – eso dolió. – pero te ves tan inocente.
Respire hondo conteniendo mi respuesta. No iba a dejar
amedrentarme, era mejor para mí que el tal Hummer siguiera creyendo lo inocente
que soy. Por lo menos en apariencia.
-Pero, no contábamos con tener a una niña tan adorable
como Margaret como invitada de honor. – chasqueo los dedos haciendo que dos de
sus asistentes salieran para regresar con una especie de jaula dejándola en el
suelo… Y Maggie dentro de esta. – fue muy difícil lograr que cooperara.
-¡Tía! – el grito ronco de la pequeña Maggie me asusto. -
¡Rose! ¡Ayúdenme! – su voz estaba quebradiza, preguntándome cuanto tiempo tuvo
que gritar para que quedara así. No dejaba de llorar.
-¡Déjala! – grito Anne lanzándose hacia adelante pero
Lucas la detuvo a tiempo. – Es solo una niña, no tiene nada que ver…
-Es un medio para un fin, deberían de saberlo a estas
alturas. – enarco la ceja ironizando la situación, obviamente recordándoles el
secuestro de Lucy años atrás. – Ya saben, podríamos llegar a un trato. –
sonrió, quise tumbarle esos dientes de oro, preferentemente con mucho dolor de
por medio. – Nuestra querida Rose, - la apunto con uno de sus horribles dedos.
– Por esta pequeña nena de aquí. – le dio unos golpecitos a la jaula. Maggie se
estremeció.
-¿Qué es lo quieres de mí? – pregunto Caroline con los
dientes apretados.
-Alguien está muy interesado en ti. – se encogió de
hombros con indiferencia para que quedara claro que no le importaba en absoluto
quien. – Creo que seré mejor recompensado si no te mato a ti, los demás no
correrán con la misma suerte.
-Estas demente. – no pude evitar decir. – Solo a un
enfermo recurre a los indefensos para llegar a sus “fines”. – enfatice la última
palabra. – Ni siquiera te atreves a pasar por todos nosotros para conseguir lo
que quieres, eres un cobarde. – mi voz se mantuvo firme hasta el fin, cosa que agradecí.
-La pequeña Cullen saca las garras. – mis ojos se
abrieron de sorpresa, ¿Cómo sabe mi apellido? – Quizás guardemos lo mejor para
el final, quiero que me supliques clemencia… - trague el nudo en mi garganta
perdiéndome del resto de la oración.
Si antes sentía desconfianza, ahora más que nunca. El
temor que tengo incremento conforme los segundos pasaban.
-Tic-Toc, el tiempo se acaba. – se burló.
¿Qué hacer? Lucas jamás dejaría ir a Caroline con ese
tipo, sin embargo, Maggie no tenía la culpa de lo que pasaba aquí, solo es una
niña pequeña totalmente aterrorizada.
-Me ofrezco en lugar de ella. – dije manteniendo a raya
el temblor de mi voz, apretando mis puños para contenerme de un buen golpe. Caroline, si me oyes toma a Maggie y no
mires atrás, estaré bien. Le rogué mentalmente, esperando que me oyera.
-Que valiente, aunque estúpida es una mejor palabra. – me
miro Hummer con una ceja enarcada, retándome a responderle. - ¿Por qué crees
que tú me servirías más que la rubia?
-Porque yo… - pensé bien mis palabras. – Porque así estarás
más tiempo con vida, si te la llevas a ella no pasaras ni dos días antes de que
encuentren tu cuerpo. – dije con seriedad, usando mi cara de póker y esa mezcla
perfecta de burla. – Además, sabes mi apellido, no creo que sea por casualidad.
-Puedes apostarlo. – sonrió horriblemente, juro que le
tumbare esos dientes. – Trato, Cullen por una pequeña niña, un precio bastante
justo. Alguien debe estar muy ansioso. – murmuro, muy levemente.
-Danos a Maggie. – le dijo Anne, todos estaban furiosos.
-Ven acá pequeña Cullen, no tengo toda la noche. –
camine, paso a paso hasta que llegue casi a su lado. Tenía dos tipos detrás de él,
muy bien ocultos por las sombras. Casi pasan desapercibidos.
Esos dos matones llevaron la jaula donde estaba Maggie y
la dejaron salir, la pequeña corrió con su tía.
-¿Puedo despedirme? – pregunte inocentemente. Esos
matones se quedaron en medio sin moverse, justo lo que necesito.
-Adelante princesa. – sonrió y para su sorpresa mi puño
se estrelló en su espeluznante boca, fue mi turno de sonreír. Tosió sangre y
con ella, los dientes de oro y alguno que otro real. - ¿Qué…? – lo golpee en el
estómago con toda la fuerza que pude.
-¡Ahora! – grite mientras corría de regreso a donde mis
amigos.
-Anne, saca a Maggie de aquí. – le urgio Lucas.
Me subí a la espalda de uno de esos gorilas que trabajan
para el otro gorila que noquee, tome su cuello girando mis brazos en la
dirección opuesta y dejo de forcejear, me estremecí… ni siquiera dude en irme
encima de él para matarle. Lo hice totalmente consciente de lo que sucedería.
Me fallaron las piernas.
-Ness. – me zarandeo Lucy de los hombros. - ¡Reacciona!
Chicos, algo le pasa…
-Reneesme. – oí la voz de Lucas a lo lejano. – Mírame,
Ness… - ya no vi nada más.
Sentí la caricia de una pluma rozar mi cabello, ¿sería
real? Volví a sentirla, creo que estaba soñando, pero para soñar tendría que
dormir y no recuerdo caer dormida en algún momento.
-Ness. - ¿Alec?
¿Estaba en Italia? ¿Volvería? ¿Dónde rayos estoy yo? – tienes que despertar.
¿Estaba dormida?
-Te quiero Ness,
aunque no te merezca.
¿Me quiere? Eso ya lo sé, tanto como yo a él.
-Quizás el lugar
donde estés sea más agradable que este.
¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo despertar? ¿Estaré
muerta?
-Solo despierta.
– me insistió de nuevo.
Intente abrir los ojos, pero era como si tuviera una
venda cubriéndolos, solo veía negro. Mi mente funcionaba a la perfección, oí
voces y sonidos, podía interpretarlos y asimilarlos. Los sollozos de mi madre,
un ruego silencio para que volviera, gritos y llanto de enojo y frustración de
Caroline, historias de Alec, incluso Jane me hablo, medio en broma amenazándome
por hacerle pasar malos ratos a su hermano. Mi cuerpo era quien no cooperaba.
-Necesito
una amiga Ness, despierta por favor. – nunca había oído a Caroline
tan
desesperada, no se rompe con facilidad y si lo hace muchas veces no se
nota. – Me entere… de algo y tengo miedo.
Recuerdas que hicimos un pacto, que siempre seriamos amigas, que no nos
separaríamos. No lo rompas, por favor. No ahora.
No quiero hacerlo. ¿Cómo le explico que mi cuerpo se
niega a obedecerme? ¿Qué siempre lo intento? ¿Acaso papa no puede oírme y
tranquilizarlos?
-Mi abuela… Ness… -
más llanto incontrolable, ¿Qué habrá pasado? – Sé que puedes oírme, trata de despertar Ness, eres más fuerte que eso.
Mate a alguien, recordé como si fuera un sueño lejano.
-No eres la primera
ni la última, te escucho. Nuestro vínculo es fuerte, sal de la oscuridad. – me
rogo sorprendida. – Sigue mi voz, siente
nuestro lazo.
De pronto, pude sentirlo. El vínculo, una fina línea de
color blanco entre todo lo negro. ¿Qué hago ahora? ¿Lo sigo? Aquí nada parecía
tener principio o fin, ¿y si me lleva a mas oscuridad? Caroline dijo que
nuestro lazo es fuerte, ¿Qué tanto? ¿Sería lo suficiente para lograr salir de
esta? Ya no la hemos apañado bastante bien en otras situaciones mortales, pero
esta no es nada parecida.
-Ness, no pienses.
Siéntelo. – insistió mi amiga. – Lo
que sea que te mantenga ahí, no es bueno. Tienes que salir, inténtalo.
Y así lo hice. Seguí el lazo que parecía ser infinito.
Cada vez se iba haciendo más visible, más blanco, con más grosor. Podía
sentirlo con más fuerza.
-No te detengas. –
me urgió mi amiga.
No lo hice. Tuve la sensación… como cuando apruebas un
examen, cuando logras una meta y sabes que estas al final, lo mejor es saber
que ganaras. Así me sentí, durante una fracción de segundo antes de salir de la
oscuridad. Parpadee varias veces seguidas, mis ojos no se acostumbraban a tanta
luminosidad.
-¡Ness! – exclamo Caroline, luche para que mis parpados
se mantuvieran abiertos.
-¿Q-que? – tartamudee. Mi garganta esta reseca, apenas
podía hablar. – C-Ca…
-¡Despertaste! ¡Dios, estas aquí! – exclamo de nuevo, había
mucho ruido. Pitidos y la blancura como de un hospital.
-Reneesme. – enfoque una silueta parada en el umbral de
la puerta, su voz me indicaba que era mi mama.
En menos de un segundo ya estaba sollozando a mi lado.
Creo que también yo lloraba, porque otra pálida mano me secaba las lágrimas.
-No vuelvas a darnos un susto así. – ¿A qué hora entro
papa? Mi mente ya empezaba a salir de ese estado de somnolencia.
Tengo
sed. Mucha sed. Le comunique a mama por medio de mi tacto.
Caroline ya estaba en la habitación con una jarra con agua, mientras que un
vaso de aluminio el olor de la sangre se hacía inconfundible.
Que
bien que ya regresaste, hablamos más tarde. – asentí
imperceptiblemente.
Bebí un gran vaso con agua, después un poco de sangre
lentamente, no sabían cómo podría afectarle a mi estómago.
-¿Qué paso? – mi garganta aún estaba reseca, pero por lo
menos el tartamudeo quedo atrás. – Ya sé que algo me ocultan desde que partimos
de viaje, no me mientan, por favor.
Ambos se miraron durante unos interminables segundos
antes de mirarme a mi nuevamente.
-¿Qué tanto recuerdas? – me pregunto papa con cautela.
-Viajamos al pueblo de Caroline, con Lucy y Lucas –
relate sin entrar en detalles. – robamos algunas cosas, descubrimos otras. –
por sus expresiones supe que tuve que omitir el detalle del robo. – fuimos a
bailar y… Hummer, un tipo grande y feo, nos acorralo y tenía a Maggie…
¿Maggie está
bien? – pregunte.
-Sí, ya paso Ness. Tranquila. – mama me acaricio el pelo.
– sigue.
-Luego… ya no recuerdo mucho, alguien me llamaba pero no podía
responder. – esa es la parte más confusa, quería
pero no podía.
-Pasaron… algunas otras cosas. – suspire, las palabras de
papa no hacen mas que confundirme más.
-¿Cuánto tiempo llevo… dormida? – pregunte al fin.
-Mes y medio. – respondió mama. Cerré los ojos, mucho
tiempo. – Nos preocupamos Nessie, Edward no podía leer tu mente, temimos lo
peor.
-Lo siento. – me abrace más a mama. – Nunca fue mi intención
preocuparlos, los escuchaba, no sé qué me impedía despertar.
-No fue tu culpa Nessie. – me consoló papa. – También
descubrimos algunas cosas, que luego te contaremos, necesitas descansar. No llores
más, aquí estamos.
Dormí, pero esta vez con la certeza de despertar.
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personas que me dan mas rayos de esperanzas!!