POV. Desconocido

Bueno chicas es es un POV. que seguro les dejara muchas intrigas a mi humilde opinion... las dejara boquiabiertas jajaja!! quizas hasta un bonus extra traiga, pero bueno lo dejo porque me ausente mas de dos semanas y bueno, nomas leanlo. :)

Esta foto me la presto mi amiga, demuestra que donde quiera se puede ser animar jajaja;) estaban en su graduacion!!

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Tomen en cuenta que este POV. esta ubicado en un tiempo diferente, antes de que los Cullen se mudaran.

POv. Desconocido
-¿Por qué crees que tengas esos sueños? – me pregunto mi terapeuta por enésima vez.

-No lo se – remarque cada una de las palabras respondiendo por enésima vez a su pregunta. –
solo vienen, no se a que se deban pero están ahí. Son todos demasiado vividos – dije con voz temblorosa.

Mis padres habían insistido en que esta clase de terapia me ayudaría, claro que solo vine
porque ellos me lo pedían; en los últimos meses he tenido estos “sueños” que no hacen mas que volverme loca. No me dejaban dormir por las noches, siempre despertaba gritando, sudando y con lágrimas en los ojos, sin saber jamás el final.

-¿Me puedes volver a contar tu sueño? – me pregunto de nuevo mi terapeuta.

-Me encontraba en un bosque – resople, pero aun así comenzó a relatar. El sueño en si no era malo al principio, lo que me molesta es esa sensación de dejavu - todo estaba iluminado por el sol, la verdad es que es un lugar muy bonito los arboles son altos y verdes, hay flores silvestres por cualquier lado al que mires, me empiezo a adentrar cada vez mas al bosque hasta que tengo esa sensación de desorientación, la noche cae con prisa… ahí es donde empieza mi pesadilla.

Nunca me gusta contar lo siguiente, pues mi sueño se convierte en pesadilla y una muy vivida, por cierto. Todo es tan real que hasta me da miedo.

-Es hora de que sigas con el final – me alentó el doctor.

-No tengo intenciones de hacerlo – negué con la cabeza – no me gusta lo siguiente, además
de que el final ni lo recuerdo. – hable con sinceridad.

-Puedes contarme lo siguiente que ves – sugirió. Suspire, que mas daba que se enterara.

-Escucho que alguien dice que me vaya, es mas ruega por que lo haga – continue con la voz
quebrada. Siempre que llegaba a esa parte me sentía impotente y triste por no poder ayudar a esa chica, - me siento débil por no poder ayudar a la mujer.

-¿Cómo es? – me pregunto con interés.

-Nunca la logro visualizar mis sueños son muy borrosos – admití. Siempre he querido ver su rostro pero no puedo y eso me frustra mas – lo que mas me alarma es que no grita por ayuda, ella quiere que me vaya – medite en voz.

-¿Por qué pide que te vayas, entonces? – me pregunto observándome fijamente.

-No lo se – dije en un suspiro. – Quiero descubrirlo pero jamás he logrado recordar el final, a la vez que me da miedo saber lo que encontrare – dije en un susurro.

-Por hoy terminamos – dijo el terapeuta poniendo una mano en su hombro – hemos progresado mucho las ultimas semanas, descansa te veo hasta la próxima semana – sus palabras de aliento nunca están demás.

Salí del consultorio con la vista en el suelo, no quería que nadie viera mi gesto abatido. Siempre he sentido que algo me falta, no recuerdo mucho, por no decir que nada de mi vida, el pasado lo que haya hecho antes, siempre que le pregunto a mis padres me salen con cualquier excusa para evadir el tema o me dicen la historia que se me de memoria: hace un par de años tuve un accidente que me dejo sin memoria, es doloroso no recordar nada de ti, no me siento yo.

Empecé a caminar por las pobladas calles de Seattle, el día estaba algo nublado, llovería lo mas seguro. Derrame algunas lagrimas, no me gustan que me vean llorar, prefiero hacerlo sola cuando nadie me vea. Soy una testaruda de lo peor, eso ni negarlo; aun así a veces me siento triste y no se la razón. Tengo amigas que me escuchan y me han dado uno que otro consejo, pero no se si en verdad me llegan a comprender, en la escuela me gusta hacer una que otra travesurilla de las que siempre salgo bien librada milagrosamente, puedo estar rodeada de gente, sin embargo, me siento sola. Quiero que alguien llegue y me diga que es lo que pasa con mi vida, que me explique porque estos sueños me tienen tan preocupada, porque no puedo recordar nada por más que lo intente.

Refunfuñe y pate un bote de plástico frente a mi, no tengo el mejor carácter, soy muy enojona, tengo que admitirlo, no me convencen con facilidad ante cualquier situación. Me enojo y no se ni porque.

-Genial – resople. – comenzó a llover.

Me refugie en la parada del autobús rezando porque pasara pronto. Me alegre mi autobús ya
venia, se detuvo, subí y pague mi pasaje, ahora solo me quedaba esperar llegar a mi casa, ojala y mama hiciera algo rico para la cena moría de hambre. No me moje mucho, por suerte, solo unas cuantas gotas de agua manchaban mi ropa. Baje del autobús con rapidez para entrar a mi casa.

Mi modesta pero cómoda casa, no era una mansión. No me importaba tenia su encanto. Me
acerque caminando con lentitud a la entrada antes de abrir, las rosas ya habían florecido juntos con las violetas y los helechos, mi madre era una aficionada a la jardinería, le encanta todo eso. Mi padre ingeniero en sistemas, amaba su trabajo. Gracias a el aprendí todo lo que tiene ver con ellas, además de que también se me daba eso, sobre todo en sistemas de seguridad, soy una gran hacker, aunque nadie en mi casa sea consciente de ello. Mi madre cocinaba espagueti olía delicioso, mi padre veía un partido de beisbol en la televisión.

-Ya llegue – avise cuando traspase la puerta.

-¿Cómo te fue hija? – me pregunto papa desde la sala.

-Me dijo que he progresado mucho – les dije una buena noticia.

-Me alegro hija – mi mama salió de la cocina para besar mi mejilla – te dije que eso te ayudaría.

-Gracias – sonreí lo mejor que pude para excusarme después – estaré en mi habitación.

Ambos asintieron.

Mi habitación pintada con distintas paletas de azul, siempre era mi mejor compañía. De lo que podía estar segura es que el azul es mi color favorito.

Mañana tenia que ir a la escuela, como me estresaba eso. Me puse a terminar la
tarea que me faltaba, estudiar se me daba aunque odiara la escuela con el alma.

-¡A cenar! – grito mi mama para que la escuchara.

Después de cenar me iría a dormir, esperando no tener mas esa pesadilla.

Me desperté en medio de mi pesadilla, con mi respiración acelerada y mi corazón a punto de
salirse de mi pecho. Gritando como siempre.

-¿Hija? ¿Otra pesadilla? – me pregunto mi mama alarmada cuando entraba a la habitación.

-Si – asentí con la cabeza. – lamento haberlos despertado.

-No te preocupes por eso cielo, ¿tuviste de nuevo la misma pesadilla? – me pregunto papa.

-No. Esta vez fue diferente. – dije para no preocuparlos. – estaré bien, fue una
pesadilla pero no la misma de siempre. – aclare para que no se preocuparan.

Mentir era la única solución para mantenerlos a salvo.