1. Viaje

Se supone que debería estar emocionada por el simple hecho de ir en un avión para ir a una de mis ciudades favoritas, como cualquier adolescente. Solo hay algo malo: no soy una simple adolescente. Por más que quisiera, eso no sucedería. Nunca en mis quince años humanos de mi vida llegue a odiarme tanto a mi misma, sentirme un monstruo. Los amigos. Los pocos amigos que hice en el instituto se fueron alejando, claro todo este tipo de pensamientos solo los usaba para alejar el nombre de esa persona que aunque no quiera admitir hace que me sienta así… Jacob Black. Si, principalmente él es el causante de que me sienta así, con solo recordar su nombre hacia que mi corazón latiera desbocado, pero recordar su mirada esa mirada de… miedo, me erizaba la piel.

-Ness – mi papa me llamo pero fingí no oírlo y subí más el volumen a mi reproductor de música. – sé que me oyes no me ignores.

Señale los auriculares en mis oídos con una sonrisa y me volví a concentrar en mi música.

-¡Hay! – exclame cuando mi papa me quito mi reproductor.

-Lo tendrás cuando dejes de ignorarme – me dijo con esa sonrisa torcida tan propia del que siempre me había gustado y que en este momento se la borraría de un puñetazo. – ¡Reneesme Carlie Cullen! – exploto. Todos en el avión voltearon a vernos, bueno solo a mi papa ya que yo puse mi mejor cara de inocencia.

-Reneesme - me llamo mi mama desde la fila de enfrente – deja de molestar a tu padre, estas castigada.

-¿Porque? – pregunte. – Si te das cuenta aun no tienes nada que quitarme – le saque la lengua como una niña de cinco años, de echo me comportaba como una niña de cinco años.

-Créeme lo tendré. – me sonrió y se dio devolvió a su asiento.

Creo que ya se porque nadie se quería sentar a mi lado, la verdad con el genio que tengo desde los últimos meses ni yo me sentaría a mi lado. Genial quedaban seis horas de vuelo y no tenia nada con que entretenerme, ya que mi papa me quito mi reproductor y no creo que mi hermanito este muy contento conmigo en estos momentos conmigo.

-No lo dudes. – dijo mi papa muy serio. Suspire. Genial ahora era mi culpa. – estoy de acuerdo en algo. – dijo de repente.

-¿En que? – pregunte extrañada.

-Actúas como si tuvieras cinco años. – bueno no iba a quejar así que decidí guardar silencio y tratar de poner mi mente en blanco hasta que llegáramos a… Bostece.
Me quede dormida sabiendo que ni siquiera en mis sueños tendría paz.

POV. Caroline
Hoy era el primer día de clases, me levante de la cama con muchos ánimos eso no me sorprendió, ser alegre se me da. Me puse el horrendo uniforme, claro no sin antes unos cuantos arreglos para bajar a desayunar. Casi se me olvida el toque final… tome el collar que me había dado mi mejor amiga, como la extrañaba, y baje a desayunar. Mi abuela me esperaba con mi tazón de fruta. Amaba a mi abuela al contrario de muchas ella es divertida, me escucha y para nada aparenta sus sesenta y tres años.

-Hola, abuela – salude con una sonrisa.

-¿Llegaras para comer? – me pregunto con esa sonrisa tan cálida que ni importo si no me dijo ni los buenos días.

-Si. No creo que tenga algún inconveniente – dije tomando mi mochila y el maletín que estaba al lado – nos vemos mas tarde.

-Que tengas suerte – me deseo. Le sonreí de nuevo y Salí de la casa con las llaves del auto en mi mano.

Acomode las cosas que traía en mi manos en el asiento del copiloto y luego me a como de en el asiento del conductor.

Estaba nublado. Un típico día aquí en este pueblo de Inglaterra, después de dos años me tuve que acostumbrar a este clima; no me desagradaba que la mayoría de los días fueran nublados y parecieran tristes porque mi filosofía es: “En cada día nublado hay un rayo de felicidad”, incluso en los días mas oscuros, bueno eso decía mi hermano y nunca dudare de su palabra.
En cuanto llegue a la escuela y aparca mi auto Amelia, me esperaba con esa sonrisa suya, tan característica de cuando tenia un buen chisme.

-¿Qué me tienes que contar que me estuviste molestando todo el fin de semana? – le pregunte fingiéndome enojada. – te extrañe mucho. – la abrase dando brinquitos.

-Pensabas que te ibas a librar de mi y todas mis locuras tan fácilmente – dijo con su acento británico – ahh… y lo que pensaba decirte es que hoy tendremos alumnos de intercambio, nuevos… espero que por lo menos haya un chico que este guapo.

-Supongo que debes de darles su espacio antes de cometer una tontería y que me arrastres a mi en una de ellas – le dije en modo de advertencia una de las dos tenia que ser la responsable.

-Te lo prometo – dijo con voz solemne.

-Vamos que se nos hace tarde – la jale del brazo para entrar.

Tenía el presentimiento de que hoy iba a ser un día diferente. Me asusto. Ese presentimiento no lo había vuelto a tener desde hace tiempo.

POV. Reneesme
Hoy fue mi primer día de escuela… fue peor de lo que me imagine. Nunca en ningún momento del maldito día dejaron de mirarme y era peor cuando venían con la estúpida pregunta de “¿eres nueva cierto?”, eso me sacaba de mis casillas. Por suerte el día termino, lo malo mis papas me apuntaron en clases de ballet ahí en mi escuela ni forma de escapar con mi querido hermano rondando por ahí.

-Disculpe Srta.… - lo que me faltaba un profesor.

-Cullen – complete.

-Bueno, Srta. Cullen creo que tendrá que acompañarme a la oficina del director – antes de que protestara se me adelanto – incumplimiento al uniforme escolar.
Suspire. Que mas da quizá con algo de suerte hasta me echaran del colegio, de pronto la idea no me desagrado en nada, hasta seguí gustosa al profesor que reconocí como el de historia.

-Espere aquí, llamaremos a algún familiar – me senté al lado de una chica que reconocí en tres de mis clases y como confundirla!!!

Imposible. Con ese cabello rubio tanto como el de mi tía Rosalíe pero con una mechas en un tono rosa chicle.

-¿Incumplimiento al uniforme? – me pregunto con una pequeña sonrisa. Solo asentí. Saco un reproductor de músico idéntico al mio, se coloco los auriculares y encendió el aparato.
Se escucho música en español y ella tarareando parte de ella. Obviamente fingí no escucharla porque oía claramente cada palabra y lo peor entendía cada una de ellas. Agache mi cabeza evitando llorar.

POV. Caroline
Estaba concentrada en mi música cuando oí un sollozo a mi lado. La chica estaba llorando. Me saque los auriculares de golpe y los deje en el asiento de al lado.

-Seria estúpido que te preguntara si estas bien porque claramente no lo estas – levanto la mirada sorprendida.

-Tu que sabes – me espeto de una manera que me dio escalofríos.

-Ahora veo que nada – le dije de las misma manera volví a tomar mi reproductor y procure subir la música a todo volumen. Genial una de mis canciones favoritas, las personas siguen sin entender como me gusta la música en español, y más aun como la puedo entender.

Acaricie el collar que me dio la que era mi mejor amiga y en lugar de que las yemas de mis dedos se encontraran con la fría cadena me encontré con mi piel, solo eso.

-¡No puede ser! – exclame, genial perdí lo único que me quedaba de mi amiga. Deje mi reproductor y Salí de la oficina de espera ya ni me importaba lo que podría suceder estaba seguro que mi abuela lo resolvería.

Recapitula Caroline, después del almuerzo aun lo llevabas contigo así que se te debió caer… la sala de música, ahora solo tenia que llegar. Llegue corriendo a la sala de música y me tire al piso para buscar. Genial. Lo encontré por la pata del piano. Suspire de puro alivio y me deje caer en el suelo, me volví a poner a el collar jurándome cuidarlo con mi vida. Después de unos minutos me levante del suelo. Me dirigí a la oficina nuevamente. Mi abuela salía de la oficina ya ni le preste atención por que detrás de ella iban… los seres más hermosos que he visto. Un chico de cabello cobrizo y una hermosa morena a su lado, ambos se veían como ángeles, iban tomados de la mano y se miraban con tanta adoración el uno al otro como si un lazo irrompible los uniera. Suspire. Luego los observe mejor eran tan pálidos, tenían ligeras ojeras debajo de sus ojos, como pasar el detalle de sus ojos de un hermoso color caramelo, se veían tan lindos juntos. Sacudí la cabeza de un lado a otro para deshacer esa idea, era demasiado amor.

-Abuela… - y antes de que dijera algo me interrumpió.

-¿Dónde rayos estabas? – me pregunto con su sonrisa amenazante.

-Si te digo que me sentí mal y fui a la enfermería me creerías – dije sonriendo.

-No lo creo. – dijo negando con la cabeza.

-Esta bien fui a buscar esto – señale el collar que ya estaba devuelta en su lugar – se me cayo en… el baño. – no quería que se enterara que había estado en una sala de música llorando. – y sabes cree que me tengo que ir – dije para zafarme del tema ya en casa me regañaría – hoy en la clase nos ensañaran a pelear con dagas y de ninguna forma me lo perdería. – dije sonriendo. No sabia si eso era cierto pero es algo que me gustaría.

-Pues que tendrás que hacerlo tenemos invitados – dijo señalando a la joven pareja y a la irritante chica que estaba aquí por la misma razón que yo. – los invite a comer por sacarnos del apuro en que te metiste.

-Gracias – les dije sinceramente solo asintieron. – que mas da una clase a la que falte no me matara. – trate de sonreír pero en vez de eso suspire. Ya había suspirado mucho en este día. – iré a mi auto. Te veo en casa. – dije resignada, las dagas tendrían que esperar.

Tome mi bolso y mi reproductor del asiento donde los había dejado. Ni siquiera apague mi reproductor genial todos escuchaban mi música; me acomode los auriculares en mis oídos y acomode el volumen a un nivel mas moderado y Salí rumbo al estacionamiento. Puse una canción que normalmente uso para tranquilizarme. Me encontraba cantando y algunas personas me miraban extrañadas y como no si muy rara vez ves a alguien cantando en español y una canción poco conocida y con un extraño ritmo. Arranque mi auto, quería llegar a mi casa y quitarme este estúpido uniforme. Nunca me había sentido tan enojada. Llegue a mi casa y baje inmediatamente del auto dejando todas mis cosas ahí. Subí a mi habitación y me puse lo primero que vi, mezclilla y una blusa de manga larga nunca usaba manga corta. Fui a la sala y me senté frente al piano no supe cuando empecé a tocar, sinceramente no supe ni lo que tocaba hasta que me empezó a escuchar… la favorita de mi hermano. No pude evitar soltar lagrimas esto era demasiado.

-Ya llegamos – escuche la voz de mi abuela.

Me limpie las lagrimas y recompuse lo mejor que pude mi expresión. Repara – me dije a mi misma.

-Estoy en la sala – dije. Me levante del banquillo y me senté en uno de los sillones con una revista que deje ahí ayer.

-No perdiste el tiempo – dijo mi abuela con su característica sonrisa. – bueno avisare que sirvan la comida. – solo asentí. – tomen asiento por favor – dijo mi abuela.

Los invitados asintieron y tomaron asiento en los sillones. De enfrente.

-¿Te gusta mucho la moda? – pregunto la morena. Su voz sonaba como campañillas en el viento.

-Eso creo… bueno la verdad es mas como un pasatiempo – dije con una sonrisa. – Disculpen, ¿Cuáles son sus nombres, si no es intromisión? – pregunte no recuerdo que los hayan mencionado.

-De ninguna manera – dijo el chico su voz era tan… aterciopelada. – Ella – dijo señalando a la morena – es Bella Swan, mi prometida – dijo con orgullo, solo sonreí – mi hermana Reneesme – le dirigio una mirada a la chica que me dio escalofríos hace un rato, asentí – y yo soy Edward Cullen – se presento al fin.

¿Cullen?, ese apellido me sonaba pero no sabía en donde.

-Un gusto. Caroline Mathews – dije con una sonrisa, suspire. – Espero que les guste la tranquilidad por que este lugar no ofrece más que eso. – agregue.

-Justo lo que buscamos. – dijo Bella con una sonrisa. – Que bonito esta tu collar – bueno eso es un cumplido. – se ve que es muy antiguo.

-Bastante – nunca nadie lo había notado – Italia, El Renacimiento – agregue.

Los tres se quedaron con cada de sorpresa cuando dije eso.

-Ya esta lista la comida – aviso mi abuela.

-Síganme – les indique con una media sonrisa. – y no se sorprendan si ven mucha comida en la mesa mi abuela piensa que va a alimentar a un ejercito.

Los tres rieron de una manera tan armoniosa. Demasiado perfecta para ser humanos…