AburridasOn' (Cap. 22 Amistad)

Bueno les contare:
ayer estaba en casa de mi mejor amiga, Vero y bueno la verdad es que estabamos muy aburridas y nos pusimos a grabar videos por lo mismo, hicimos cada tonteria!! les quiero dejar un poco de risas aseguradas eso nadie lo discutira! tambien que estamos de vacasiones y pues, ADIOS tareas... bendito sea el Señor jajaXD, van a ser las dos mejores semanas de mi vida! bueno aqui les dejo ese ratito de diversion con mi beffa! jaja ojala a ustedes tambien logre sacarles una sonrisa y lo siento por la calidad del video pero habia demasiada luz y no se observaba bien pero aun asi se escucha y creanme que con eso les basta jajaj!!

Tambien les quiero dejar los Bloppers' jaja los detras de camaras y los demas que grabamos jaja aqui vienen:

ademas de tambien algunas imagenes!!

 Aqui estamos comiendo un helado, jaja estaba bien roco:$

 el poster de Luna Nueva que esta en el kuarto de Vero!!

La guitarra de Vero con la que algun dia nos tocara una cancion jaja

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POv. Lucas

-Si soy feliz – susurro; si no fuera porque tengo un oído muy agudo jamás lo habría oído. Fue como si respondiera mi pregunta no expresada en voz alta. – lo siento no debieron de enterarse de esto, - si disculpo por algo de lo que ni siquiera tuvo la culpa. - ¿Nos podemos ir abuela? – le pregunto.

-¿Se puede ir? – le pregunto su abuela a Edward.

-No – respondió – creo lo mejor será darle un sedante esta muy alterada. – a buena hora se le ocurrió dar su visto medico.

-No me importa lo que digas si de todos modos no te hare caso – esta bien, se pasaba de altanera y no era el único que lo notaba Matt y su abuela la callaban con la mirada – me iré, odio los hospitales y no pienso permanecer aquí ni un minuto mas aquí – se levanto de la camilla pero Edward lo evito y la sostuvo.

-No te iras – todo esto me pasaba por realizar mi buena acción del día – tardaste mas de media hora de regresar de un estado de shock si crees que te dejare ir estas muy equivocada. – la regaño. Genial, ahora se comportaba como con la enana. – A sí que por favor extiende el brazo derecho – le pidió con delicadeza.

Caroline negó con la cabeza viéndolo directo a los ojos.

-Haz lo que te pide Caroline por algo es medico – tercio Matt – sabe lo que hace…

-No quiero dormir porque no quiero tener pesadillas – le dijo a Matt – tu ya sabes de lo que son y que no siempre son simples sueños – ósea que ni le daban miedo las agujas solo no quería dormir – estoy bien solo necesito un poco de aire a si que… - volteo a ver a todos y por ultimo a mi – gracias – me dijo con una pequeña sonrisa – gracias por evitar que le partiera el cuello y por salvarme – se puso de pie y camino hacia la salida con paso grácil como si no hubieran estado a punto de… mejor ni pensarlo aun tenia ganas de destrozar el estúpido rostro del tipo.

-¿Qué fue lo que le sucedió? – Pregunto Edward al borde de la histeria – creo que me perdí una parte de la historia.

Nada que sea tu asunto – pensé – ya deja de meterte, si Caroline no ha dicho nada es por algo. – lo regañe en mi mente. Estudiar psicología de algo a de servir.

-No se si debamos contárselo – dijo Matt mirando a Agatha esta solo asintió. – no se como explicarlo.

-A la Caroline que ven ahora no siempre… era feliz – empezó Agatha abatida – cuando tenia doce vio como asesinaban a su hermano – me quede como una estatua en mi lugar, petrificado, ahora si me sentía mal por tratarla tan mal, aunque lo ultimo que ella quisiera fuera mi lastima – cuando tenia quince – cerro los ojos con voz quebrada.

-La marcaron de la peor manera – continuo Matt – ella menos que nadie se merece lo que sucedió, una de las cosas que siempre se lamentara fue la muerte de Elena – dijo perdido en sus recuerdos – aunque no haya sido su culpa; ahí fue cuando se mudo a otro lugar para olvidar, no creo que haya funcionado del todo – se notaba que la quería mucho, mas que su amigo parecía su hermano.

-Nunca nos dijo nada – dijo Edward en un susurro – lamento que lo recordaran y haberle recordado eso a Caroline, no fue mi intención… - ya no encontró las palabras.

-Gracias – dijo el chico en mi dirección – sé que no te agrada Caroline, ella me lo ha contado – no se le escapaba una – pero eso no quiere decir que a ella no le agrades – sonrió un poco, eso me sorprendió yo esperaba que fuera reciproco.

-Tengo clases – me excuse para salir del hospital.

Llegue a mi auto a toda velocidad. No volvería a la escuela, mucho menos a mi casa tampoco quería ir a la cabaña.

No me podía imaginar todo por lo que pasó Caroline lo que tuvo que soportar; ya había escuchado suficiente historia para saber el rumbo que tomo su vida, de lo que sucedió. A nadie y mucho menos teniendo quince años debe de sucederle algo a si. Llegue a un parque, había niños corriendo por ahí con sus padres, esa escena seria mucho pedir vivirla con mis propios padres. Si, lo era.

-Eres muy bonita no debes de llorar – la voz de una pequeña niña me saco de mis ensoñaciones. Me sorprendí más al ver a quien iba dirigida. - ¿Cómo te llamas? – le pregunto.

-Caroline ¿y tú? – le pregunto a la pequeña con una sonrisa a penas perceptible.

-Lizzie – le respondió la niña con una sonrisa – no debes estar triste.

-Que bonito nombre – dijo Caroline – es muy fácil decirlo Lizzie, pero tomare en cuenta tu consejo – le guiño un ojo – creo tu mama te busca.

Señalo a una mujer de unos treinta y tantos.

-Cierto – dijo la pequeña Lizzie – nos vemos luego Caroline. - Se despidió y fue corriendo hacia donde se encontraba su madre quien la recibió con un abrazo.

Me empecé a acercar ¡detente!, me grite pero mi cuerpo ya no seguía las ordenes de mi cabeza.

-¿Me puedo sentar? – le pregunte a Caroline sobresaltándose por no haberme escuchado llegar.

-Si quieres – dijo con la mirada en el suelo.

Me senté a su lado, su aroma… ¿Cómo una humana podía oler tan bien? – me pregunte. La mire, fue como si lo hiciera por primera vez. Su cabello rubio caía como una cortina entre ella y su cara, en un impulso se lo acomode detrás de su oreja, me miro con expresión de sorpresa en su rostro. Un rostro digno de ver. Pálido pero sonrosado, con unos ojos de un color azul como el cielo que en cuanto los vi me perdí en ellos, unos labios finos… ¡Lucas en que rayos piensas! – me regañe.

-¿Qué haces aquí? – me pregunto con timidez.

-Lo mismo que tu – le respondí con una pequeña sonrisa.

-Lamentándote de la vida que tienes – intuyo con tristeza.

-Puede ser – estuve de acuerdo – te debo una disculpa.

Lo que dije la sorprendió. Que no te altere su reacción después todo es entendible. Si antes me hubiera detenido a entenderla, conocerla las cosas serian diferentes.

-Te juzgue muy duramente – seguí, en vista de que se quedo sin habla – sin conocerte, no te deje explicarte, fui un orgulloso al no soportar que me ganaras en esa estúpida pelea también al insultarte. – La lista era larga – al llamarte drogadicta en tu cara y en tu propia casa, no merezco siquiera que consideres en aceptar mis disculpas. – concluí.

-Yo también me debo disculpar – hablo con voz temblorosa – ya sabes, por todo eso del puñetazo y… lo siento, no debo considerar tus disculpas porque para mi ya no hay nada que perdonar – me sonrío esta vez mas genuinamente.

-Quiero empezar de cero; ser amigos – le propuse – no empezamos bien y quiero remediar esa situación.

-Si, porque no – suspiro.

La ponía en peligro al estar cerca de mí, pero ya era demasiado tarde para arrepentirme. Nunca dejaría de oler extremadamente bien para mí, si iba a ser su amigo tenia que cazar prácticamente a diario y acostumbrarme a su aroma. Ahora que lo notaba había estado todo el día con ella sin dañarla. Me sentía orgulloso de mí.

-Gracias – dijo la voz de mi amiga a mi lado, enarque una ceja confundido – por defenderme, no sé que hubiera pasado si no hubieras llegado – se le quebró la voz.

-Le hubieras partido el cuello – agregue en tono jocoso; su suave risa llego a mis oídos para no salir.

-Puede ser – me siguió el juego – pero la verdad es que estaba realmente asustada… no quería que sucediera de nuevo. - Bajo la mirada otra vez, avergonzada.

-No tienes la culpa de lo que haya sucedido antes o ahora – la consolé tocando con delicadeza su brazo, una leve caricia que soltó pequeñas descargas eléctricas que hormigueaban por mi piel, retire la mano a causa de la sensación desconocida para mi – lo siento.

-Ya te enteraste – dijo en voz baja mientras levantaba su mirada, simplemente asentí – no tenias porque haberte enterado – contenía las lagrimas, su respiración se aceleraba – nadie tiene porque enterarse, no quiero que me tengan lastima – admitió.

-Nadie la tiene – le asegure – eres valiente, cualquiera en tu lugar estaría lamentándose, tu siempre estas tan feliz que es hasta contagioso – le sonreí me devolvió la sonrisa pero no le llego a los ojos – todos tenemos algo que quisiéramos cambiar pero no siempre es posible – comente – no podemos quedarnos estancados por esos recuerdos dolorosos.

-No lo hago – dijo en un débil susurro – pero las pesadillas siempre están ahí, no es fácil dejar olvidarlo; soy feliz eso no lo dudes pero las cosas suelen ser muy complicadas – una lagrima descendió de su mejilla se la limpie con mi dedo índice sin poder evitar acariciar su suave piel. – Lo siento – retire la mano.

-Estas frio - acaricio el dorso de mi mano con su dedo índice para comprobarlo.

-No traigo mas que un suéter olvide mi chaqueta en casa – me explique aunque para mi el frio era apenas perceptible.

-Supongo que es eso – dijo no muy convencida. – me tengo que ir mi abuela debe de estar preocupada… ahora que lo recuerdo le debo una disculpa a Edward.

-Yo creo que el también te debe una disculpa – asintió imperceptiblemente. – Te llevo a tu casa si quieres – seria mejor que se retractara y dijera: “sabes prefiero caminar”, mi yo malévolo quería llevarla a rastras al auto aunque se negara.

-Si – acepto. Me regocijaba por dentro.

Caminamos tranquilamente hacia mi auto le abrí la puerta del copiloto a lo que me correspondió rodando los ojos. Esto para mi era de lo más normal después de todo nací en la década de los treinta con todo y caballerosidad incluida. Solo había ido a su casa una vez – en las peores condiciones cabe mencionar – pero recordaba el camino perfectamente. Todo el camino estuvo sumido en un silencio cómodo que ninguno de los dos se molesto en romper.

-Llegamos – me detuve frente a su casa.

-Gracias por todo – me dio un beso en la mejilla y salió del auto.

Volví a arrancar el auto a toda velocidad en dirección a mi casa con un interrogatorio esperándome eso era seguro.

No me puedo sacar a Caroline de la cabeza tampoco es que quiera hacerlo pero después de hoy ya no la volveré a ver con los mismo ojos eso tambein es algo seguro.      

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Bueno chicas aqui les dejo otro capitulo que ojala les guste!! tuve cierta inspiracion con algunas canciones del grupo que les mencione en el video y asy:)

Una pregunta a ustedes ya les llego la nueva imagen del blog? pues a mi si y dejenme decirles que al principio ni le entendia, pero ahora ya lo estoy haciendo les digo esto para que no las tome con la guardia baja jajaXD bueno las dejo y si alguna de ustedes tiene vacasiones que se la pasen muy bien!